Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

El Sr. Ministro de la GOBERNACIÓN (Sagasta): Sencillamente me levanto para protestar contra las palabras que el Sr. Vidal y Carlá ha vertido suponiendo que no hay cura liberal que sea bueno, y que cura liberal es lo mismo que decir cura que no es bueno. Pues a eso me atrevo a hacer observar a S. S. una cosa, a saber: que no comprendo el cura que no sea liberal. Yo no comprendo, señores, cura que no sea liberal, es decir, liberal en el buen sentido de la palabra; porque de esto estoy hablando. Yo digo que no comprendo el cura que no sea liberal, porque liberal significa templanza, tolerancia, generosidad, abnegación. Y no comprendo el cura que no tenga todas esas virtudes, y no comprendo el cura que no sea liberal, porque no se comprende entonces cómo son discípulos de Jesucristo. ¿Qué era Jesucristo? Jesucristo tenía todas las virtudes, todas las cualidades a que aspiran los que se llaman liberales. Combatía todos los despotismos, combatía todas las violencias, combatía todo lo que hoy combaten los liberales. Por consiguiente, o no sois discípulos de Jesucristo, o habéis de ser liberales; lo que no se comprende es que seáis otra cosa. Y si yo siguiera a S.S. en la idea que ha emitido, yo sé que podría decir al Congreso que no comprendo ningún cura bueno que no sea liberal.

Y además, si S.S. no comprende ningún cura bueno que sea liberal, no sé cómo comprenderá a Pío IX, que en el año 48 era liberal y parlamentario. Conque entiéndase S.S. con el Padre común de los fieles, a quien yo creo bueno antes y bueno ahora.